Son los pequeños y cotidianos detalles lo que hacen únicas a las personas y a las familias. Existe, en cada una de nuestras vidas, una historia que nos conecta de generación a generación. Quizá contada por nuestros antepasados a nuestros abuelos, y ellos a nuestros padres, hilando un camino que llegó hasta nuestros oídos y que nos permite conocer y entender las raíces de nuestros orígenes, nuestra forma de vivir y pertenecer a este mundo. 

Juana, es una mujer de 36 años que vive en Aldama, Chiapas en México. Creció vistiendo prendas realizadas por su madre y hermanas bajo la técnica del Telar de Cintura. Recuerda su infancia entre hilos, ruecas y lanzaderas, herramientas que ayudan al trabajo de bordado que realizan día a día. Su madre, María, aprendió la técnica de tejido y brocado por parte de su tía, y sus recuerdos la remontan a una infancia más humilde en la que aprender a tejer significó una mejora en su vida. 

Hoy en día, existen muchas historias como la de Juana y María, quienes transmiten de familia en familia no solo una técnica textil, sino una forma de arte y vida. El camino no ha sido fácil, y han pasado muchos años para que este trabajo artesanal sea valorado y represente realmente una forma de sustento en sus vidas. En Folklora, buscamos enaltecer el valor de las tradiciones textiles y nuestras prácticas se apegan a los principios del comercio justo, empoderando mujeres que son la piedra angular de sus familias. 

La labor realizada por estas artesanas es más que un simple trabajo o profesión, representa para México una tradición que se ha gestado en pequeñas y alejadas comunidades. Aprendida y heredada por las manos de mujeres mexicanas que se han convertido en el sustento de familias enteras y que llevan plasmada en cada prenda una identidad única que las define y distingue del mundo entero.